domingo, 7 de febrero de 2010

Esto es lo que vi en una realidad alterna de la tierra....asi comenzo todo.....


En uno de los extremos de la estancia, una señal luminosa comienza a parpadear de manera rítmica, acompañada por un leve y casi inaudible pitido, que rompen el oscuro silencio artificial. Casi de manera instantánea, un monitor se enciende en el extremo opuesto y comienza a proyectar líneas de datos a una velocidad sobrehumana, como si una mano invisible pulsara todas y cada una de las teclas de manera obsesiva. Poco a poco la oscuridad inicial se va desvaneciendo bajo los focos que comienzan a funcionar de manera escalonada, hasta que la habitación queda completamente iluminada. En el extremo desde el cual se emitían los pitidos, se puede contemplar ahora una estructura metálica en forma de cono sin cúspide, y que se queda a pocos centímetros del techo. La cara lateral de la estructura está rodeada por cuatro vainas numeradas, con pequeños ojos de buey en ellas. Es precisamente la parte superior de una de estas vainas la que está coronada por el dispositivo luminoso que aún no ha dejado de parpadear y emitir ese sonido tan característico.

De repente, un sonido hidráulico prolongado emana de los laterales de la vaina, cubriendo totalmente el insistente pitido, a la vez que una nube de gas a presión sale disparada por los laterales, llenando gran parte de la sala de un humo que, tan repentinamente como surgió, se disipa. La parte frontal de la unidad tres se eleva lentamente, y una figura de torpes movimientos trata de salir de ella a duras penas. Una mano desnuda se apoya en el lateral de la estructura a la vez que un tembloroso pie da un paso hacia fuera de la misma. Cuando la extremidad, al fin, toma contacto con la superficie de la estancia, una tremenda convulsión agita el débil cuerpo, haciéndole caer, postrándolo a cuatro patas en el suelo mientras vomita un líquido de color ocre acompañado de un desagradable olor a rancio, lo que le lleva nuevamente a basquear. Tras unos instantes tratando de recuperar el aliento, el jadeante personaje se pasa el dorso de la mano por la boca tratando de eliminar los restos que han quedado de tan incómoda escena.

- Joooder... – casi balbucea más que habla – Como no...burp... mejoren esta mierda, la próxima vez va a venir su puta mad... burp... bufff...

Una vez medianamente repuesto, se dirige de forma errante hacia la computadora situada en frente suya, y en uno de los campos parpadeantes de la pantalla introduce “Usuario: Jonathan M. Brickbreaker”, “Password: **********”.

-Tiempo estimado de entrada en la atmósfera, 10 horas, 32 minutos, 20 segundos – dice una voz impersonal y metálica que emana del computador.

- Bueno, después de todo parece que regresamos a casa. Creo recordar que Campbell tenía algo de buena música en uno de estos cacharros... ¡Ajá! –exclama tras encontrar lo que buscaba- Odio el silencio que siempre hay en este sitio, me vuelve loco.

Mientras suenan los primeros acordes de The loneliness of the long distance runner de Iron Maiden, Nathan abre uno de los cajones herméticos que plagan la sala de descanso, y contempla las tres placas identificativas que hay en él. Se deja caer en el asiento frente a la computadora, con los codos apoyados en las rodillas y las manos sobre la cabeza. Tras pasar las manos hasta la barbilla, como si se estuviese lavando la cara, susurra, dirigiéndose al cajón.

- Vaya tela, ¿eh? Supongo que esto no será lo que todo el mundo espere cuando volvamos. A ver si me hecho a la cara a Stiffson...
Tras un largo suspiro se incorpora, dirigiéndose a una taquilla señalada con el número 3, de donde saca un uniforme de tonos grisáceos con la inscripción “Prog-Tec” en la espalda. Tras vestirse, Nathan entra en la sala contigua con paso pesado, como arrastrándose por el piso. La estancia parece más una suerte de exposición que la sala de muestras del primer crucero espacial de larga distancia, bautizado como “ Spear”. Todas las paredes están plagadas de urnas de cristal, llenas de materiales y otros objetos extraños, sellados herméticamente.

- Espero que todo esto merezca la pena. – comenta mientras echa un vistazo a todas y cada una de las urnas. – Supongo que, a parte del Nobel, me haré asquerosamente rico escribiendo libros y participando en tertulias televisivas.

Led Zeppelin resuenan en los metálicos pasillos con la fuerza de “Comunication Breakdown”, a la par que Nathan se acomoda en uno de los asientos de la escueta cabina de mando. Abre un enorme libro, en cuya tapa reza la inscripción “New Life”, y que contiene sus anotaciones como investigador científico de la expedición, y repasa las entradas, desde la primera, con cierta nostalgia. Cuando los cuatro se embarcaron en la aventura que ahora estaba a punto de finalizar. El largo proceso de entrenamiento, excesivamente duro para un científico como él. La ingente cantidad de mierda espacial que vio orbitando alrededor de nuestro planeta. La primera vez que utilizó la cámara de animación suspendida y sufrió los efectos posteriores. El salto a través del agujero de gusano. La llegada a HD 438312d, el exoplaneta descubierto recientemente y objeto de la misión de la tripulación de la Spear, y todo lo que vino después...

- Tiempo estimado de entrada en la atmósfera, 4 horas, 47 minutos, 12 segundos- resonaba nuevamente la voz metálica del sistema de navegación, sacando bruscamente al científico de sus cavilaciones.

- Aquí Jonathan Brickbreaker, tripulante de la Spear, a base. A punto de entrar en la atmósfera terrestre, ¿me reciben ahí abajo? Cambio.

El silencio más absoluto emanaba del sistema de comunicaciones del crucero espacial. Nada ni nadie respondía a la llamada de Nathan, que volvía a insistir una y otra vez.

- Aquí Jonathan Brickbreaker, tripulante de la Spear, a base. ¿Qué coño os pasa? Voy a tomar tierra en el punto previsto, si no hay dificultades –“más”, pensó para sus adentros-, y espero que estéis ahí para recibirme como a un puto héroe. Cambio.

“Qué narices estará pasando”, meditaba ante la falta de comunicación con la base. No obstante, los hechos acaecidos a continuación iban a ser de lo más reveladores...

- No creo que se hayan olvidado de nosotros, tan sólo han pasado... ¿eh?

El dispositivo donde debería aparecer la fecha actual mostraba unos caracteres que poco o nada cumplían con el propósito de dicho dispositivo.

- Entrada en atmósfera inminente. Se ruega a la tripulación se prepare de acuerdo a las medidas establecidas. Entrada en atmósfera inminente. Se ruega a la tripulación se prepare ...

Una vez asegurado en su posición, Nathan aprieta los puños mientras la Spear desceiende, atravesando la atmósfera terrestre. Pese a llevar los ojos cerrados la gran mayoría del trayecto, el único tripulante pudo atisbar fugazmente ligeros cambios en la superficie terrestre, si bien no lograba discernir qué era eso que no le cuadraba, debido al estrés de la situación. Las columnas de humo negro sí que se podían diferenciar perfectamente casi hasta donde le alcanzaba la vista en aquellos momentos. Aquí y allá, se elevaban densos cúmulos de humo negro, como intentando escapar del planeta.

- Pero qué diablos...

El aterrizaje no fue lo que se dice suave, pese a los avanzados sistemas que poseía el crucero Spear. Tras un largo rato de arrastrase por el terreno empedrado, al fin la aeronave se detiene en el erial kazajo donde tenía programada la llegada, no muy lejos de la base de Baikonur. Lentamente, uno de los portones laterales se abre de manera ruidosa. Una cabeza oculta por un casco especial asoma tímidamente por uno de los laterales del acceso. La imagen que se refleja en el visor del yelmo no puede ser más desoladora. El ya de por sí duro aspecto del páramo de Kazajstán parecía más desagradable si cabe. El viento formaba pequeños remolinos de polvo por todos lados, las columnas de humo negro, avistadas durante el descenso, se antojaban ahora de una magnitud enorme desde suelo firme. Pero no era eso lo que le hizo un nudo en el estómago a Nathan, si no el ver que absolutamente nadie había acudido a su búsqueda. ¿Cómo podía ser que hubiesen abandonado, no sólo a él y a los otros tripulantes de la aeronave, si no a la gran inversión internacional que supuso el “Proyecto New life”?

- Ya puedo decir oficialmente que esto no me gusta. –exclama, como hablando consigo mismo, el tripulante- No me gusta absolutamente nada...

De manera atropellada, y mirando constantemente en dirección al portón abierto al exterior, Nathan prepara su mochila con todos los víveres que puede cargar, una Glock 19c con todos los cargadores que encuentra en el armario de armas, y el libro de anotaciones del proyecto, así como el GPS portátil que poseían todos los miembros de la expedición. Tras salir nuevamente al exterior de la nave, introduce la clave de seguridad en un pequeño panel exterior cerca del portón, sellando el acceso a todo el valioso contenido de la Spear. Despojado de su casco, Nathan mira en lontananza, escudriñando el horizonte.

- Bueno, -casi resopla más que habla- ¿y ahora qué...?

1 comentario:

  1. Si señor. Buena historia... y mejoras en el formato del Blog, que era feo como la hostia. Ahora me encanta el tono oscuro que tiene, y sobre todo la histoia que estais contando, y que tenéis más parada que Desde el otro lado. Yo al menos no aparezco por ningún lado, pero un cegatón que yo me sé, sigue posteando asiduamente en cierta página galáctica...
    Así que venga a escribir, que los fans se os amontonan y queremos más palabras en este Blog.

    Un abrazo de vustro Presidente del Club de Fans de CdeRep:

    Toluuuu.

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